Al invertir en puertos en países que necesitan dinero, China está ganando valiosos amigos.
La naviera gigante estatal Cosco acaba de acordar la compra de Orient Overseas Container Line de Hong Kong en un trato de US$6.300 millones que la convertirá en el tercer mayor grupo de transporte de contenedores del mundo.La adquisición pone a Cosco en una posición fuerte para desafiar a sus rivales europeos Maersk y Mediterranean Shipping Company por el primer puesto.
Se produce después de que compañías chinas, incluyendo Cosco, invirtieron US$20.000 millones en la compra de puertos de ultramar en el año hasta junio, el doble de la cantidad que gastaron en el mismo periodo del año anterior.
La adquisición de Orient Overseas por parte de Cosco está siendo financiada por el Bank of China, un gran prestamista estatal. Las inversiones chinas en transporte están impulsadas por un esfuerzo a largo plazo para controlar activos estratégicos, el cual supera el deseo de eficiencia económica y reducción de carga de la deuda a corto plazo.
China superó a Alemania como el mayor exportador del mundo en 2009 y a EE. UU. como la mayor nación comercial en 2013.
Ahora quiere igualar esta posición dominante en el comercio rompiendo el control europeo sobre la industria de transporte por contenedores y expandiendo su propiedad de puertos desde Australia hasta EE. UU.
Desde la perspectiva de Pekín, es en parte una estrategia defensiva. La economía china depende actualmente de compañías navieras extranjeras para exportar los iPhone, los muebles y el calzado que produce y para abastecerse de los productos acabados y las materias primas requeridos para su enorme mercado interno.
Ampliar Cosco, que fue el resultado de la fusión el año pasado de dos predecesores de propiedad estatal, ayudará a corregir este desequilibrio.
El derroche de dinero en el transporte también está acorde con la iniciativa de ‘Cinturón y Ruta’ del Presidente Xi Jinping para profundizar los vínculos comerciales y de infraestructura con Asia y Europa.
“Para Cosco, tiene que ver más con la geopolítica que con las ganancias”, dice un ejecutivo de transporte europeo. “Están dispuestos a pagar más para los buques de carga y los puertos que sus rivales comerciales”.
Desde un punto de vista geopolítico, el creciente control de China sobre el transporte marítimo y los puertos proporciona protección y proyección.
El control de las rutas marítimas comerciales ayudará a China en tiempos de conflicto y controversia. La propiedad de los puertos de ultramar hará que sea más fácil para la armada china cumplir sus ambiciones de navegar regularmente en aguas lejos de casa.
Al invertir en puertos importantes en países que necesitan desesperadamente dinero o conocimientos tecnológicos, China también está adquiriendo valiosos amigos, en un momento en que sus intentos de promocionar el poder blando han fracasado.
El mes pasado, Grecia vetó un intento por parte de la UE de condenar el historial de derechos humanos de China en la ONU, una decisión que muchos analistas conectaron con la dependencia del Gobierno griego en las inversiones chinas. El año pasado, Cosco adquirió el control mayoritario del Puerto del Pireo, como parte de un plan chino más amplio para mejorar el papel de Grecia como un conector de envíos entre Europa y Asia.
Hay una creciente divergencia entre el control de puertos extranjeros por parte de China y la participación internacional en estos puntos de China.
Muchos inversionistas extranjeros en el país se han visto frustrados por la falta de reciprocidad mostrada por el gobierno de Xi, a pesar de su afirmación en Davos de ser el nuevo promotor mundial de la globalización.
Cuando se trata de transporte marítimo y puertos, la disparidad tiene implicaciones mucho mayores. Pero dado que sigue habiendo muchos países ávidos de dinero chino al igual que compañías navieras en apuros necesitadas de inversiones, y ya que Pekín está dispuesta a financiar la expansión de Cosco y sus homólogos, las ambiciones chinas de liderar el transporte marítimo mundial no se contendrán fácilmente.